La represión con gases lacrimógenos, fue innecesaria

Nada hacía necesario el actuar del modo que los agentes de un grupo táctico en el estadio de Ferroviario, llevaron adelante. Si bien parte de los simpatizantes ya se habían retirado una vez definido el cotejo, muchos otros en cambio, del equipo que perdió por penales, Barrio Quilmes aún seguían permaneciendo dentro del club Ferroviario. Entre éstos, quienes estuvieron profiriendo ciertos epítetos irreproducibles en contra de la cuaterna arbitral y principalmente, hacia el juez principal Sergio Mauricio Pérez. Se tratan de hechos comunes que lamentablemente se advierten y, quiérase o no, no se erradican y menos todavía, dejan de pasar en nuestras canchas. Obviamente, sin dar lugar como justificativo, a querer ante esto, la policía pretender evacuarlos del modo prepotente, sólo por ser autoridad policial, cuando ese accionar es literalmente un abuso de poder.
Está claro, que si bien alguien arrojó una o algunas piedras o trozos de hielo, no respetando la regla de la buena convivencia, tampoco ameritaba injusto proceder. Más aún, porque ni siquiera supieron considerar que allí, habían tanto, adultos mayores, niños y mujeres, contra quienes cargaron en pelotón y los empujaron de una manera bestial y brutal.
No sé por qué extraña razón, el agente a cargo del arma para arrojar gases lacrimógenos, lo hizo. Y, sin mediar insisto, argumento válido. Tal vez, fue por recibir órdenes de un superior, porque descreo lo haya efectuado por motus propio. Sin  dudas, eso provocó el consecuente enojo y reacción de todos los que se encontraban en ese sector que da a las tribunas generales frente a los vestuarios. La pregunta que cabe, es si ¿era verdaderamente necesario?
Entiendo, que con esa forma de actuar, jamás pueden intentar supuestamente, disuadir o apaciaguar los ánimos, sino por el contrario, así logran caldearlos, aún más. En particular, enervando a quienes sólo procuraban recibir el trato que todo ciudadano merece, sin hacer nada anómalo.
Además, se debe incluso, agregar que parte de los jugadores del elenco "cervecero", entre quienes contamos a seis jugadores también afectados por los gases, a modo de ejemplo, entre ellos el capitán Gonzalo González, y una de las figuras de la tarde, Milton Niz, quienes viendo el destrato que recibían sus familiares, salieron a pedir que cesara la represión. Al igual que el propio presidente de Barrio Quilmes, señor Escato.
También, parte de los jugadores de Talleres estuvieron en la misma situación. Mientras otros, socorriendo en los vestuarios con agua, a sus pares, antes ocasionales rivales. Y, esta noble actitud, la rescato y valoro, de sobremanera.
Aunque, lo repito, como procedieron los policías, fue algo innecesario. Incluso, a sabiendas que no había ambulancia en el lugar, ni suficiente personal que pudiera asistir o socorrer, de haberse presentado alguna situación crítica.  

Sin duda, terrible locura y barbarie, sin motivos lógicos. Y la pregunta que surge una vez más, ¿es hasta cuándo?
Es real que podrán argumentar que ya son reiterados los desmanes que provocan los hinchas quilmeños, quizá por no saber aceptar la derrota disputando una instancia de semifinales de un torneo de fútbol y, principalmente, por quedar eliminados después. Tal como ya ocurrió en el año 2022, empero igualmente, hay diversas formas correctas de intervenir y siempre con cordura, llegado el caso.