Huracán Corrientes, un histórico con pasado en Primera, busca resurgir de una manera increíble. Como el club está intervenido, los jugadores se hicieron cargo de absolutamente todo.
A sus 36 años, Gerónimo Ariel Vallejos es un pilar del mediocampo de Huracán Corrientes y un referente indiscutido del equipo. Y también dirigente del club, cantinero del estadio y hasta costurero oficial de la indumentaria del plantel. Sí, así de artesanal es la cosa. Él, con una tropa de jugadores que lo respalda, encabeza un desafío enorme e insólito para un torneo de AFA: afrontar el Torneo Federal C, que arranca este viernes con 310 participantes en busca de 16 ascensos, haciéndose cargo de absolutamente todo.“Salimos campeones de la Liga de Corrientes y nos ganamos el derecho a jugar este torneo, pero el club está todavía intervenido y no estaba en condiciones de afrontarlo. Se está restaurando tras una quiebra. Yo fui quien insistí para disputar el campeonato haciéndonos cargo de todo nosotros, los jugadores”, empieza el relato de Vallejos sobre esta fantasía, en una nota con el diario deportivo Olé.
Arturo Fontana, Lucas Villarino y Pablo Estepa son los otros tres futbolistas que tomaron las riendas de esta “locura”, como ellos mismos la definen. Y cuando Gerónimo Vallejos habla de hacerse cargo “de todo”, lo dice de manera literal. “Nos pusimos los pantalones y empezamos a movernos como dirigentes. Lo primero que hicimos fue buscar recursos económicos. El Gobierno provincial no nos contestó, pero por suerte las empresas locales nos apoyaron. Uno de los sponsors de la camiseta va a manejar el tema traslados y los otros pusieron seis mil pesos cada uno. También organizamos una rifa por una moto y una TV y hasta manejábamos las cantinas de nuestro estadio cada vez que Mandiyú hacía de local por el Federal B para generar ingresos”, le cuenta a Olé.“Fuimos descendiendo hasta llegar a la Liga local y ahora ya llevábamos casi 10 años sin jugar un torneo nacional”.
¿Ustedes mismos las atendían?
Sí. A Mandiyú le alquilábamos nuestra cancha para que jugara de local y una de las condiciones era que nos dejaran manejar las cantinas, que son tres: una en la platea y dos en la popular. Así que nos dividíamos entre los jugadores y ahí estábamos. Y ahora, como no hay competencia, tuvimos que reacondicionar el estadio.
¿Y eso en qué consistió?
En limpiarlo, hacer arreglos y pintarlo, con la ayuda de muchos hinchas. Puede parecer increíble, pero así nos manejamos acá. También a veces tenemos que hacer otras cosas, como buscar lugares de entrenamiento o un kinesiólogo cuando hace falta, hacer de utileros… Es todo a pulmón, je. Hasta me hice cargo de hacer las camisetas yo.
¿Cómo es eso?
Tengo un taller de indumentaria deportiva y bueno… era la mejor opción. Yo soy el encargado del negocio, pero también corto las telas y hago los bordados. Mis compañeros me cargan porque hasta en eso estoy, je.
Y así como vos, ¿todos los jugadores viven de otra cosa?
Sí. Acá estamos lejos de ganar algo. Todos trabajan o estudian y cortan el día para poder estar a las 15:30 en el entrenamiento.Vallejos es el único sobreviviente en el plantel actual de la época gloriosa de Huracán Corrientes, que en la temporada 1996/97 escribió su página dorada al jugar en Primera División. Apenas tenía 16 años el hoy capitán del equipo cuando lo subieron al plantel superior para ser un protagonista más de aquel cuento de hadas, antes de que el club entrara en crisis y se hundiera en una quiebra. “Soy hincha del club y me dolió mucho ver lo que pasó después. Fuimos descendiendo hasta llegar a la Liga local y ahora ya llevábamos casi 10 años sin jugar un torneo nacional (la última participación fue en el Torneo del Interior 2010, ahora llamado Federal C)”, recuerda con algo de nostalgia el jugador.
No son los únicos, también Silvio Giovenale
con Atlético Villa Elisa
El caso de Huracán Corrientes, con jugadores a la cabeza de toda la organización, bien al estilo de equipos de amigos en torneos amateurs, no es el único en el Federal C, la quinta y última categoría de AFA para equipos indirectamente afiliados (cada una de las más de 200 ligas regionales del país tiene entre una y tres plazas). En un contexto algo diferente y sin una historia grande en torneos de AFA que lo respalde, Club Atlético Villa Elisa, de Entre Ríos, atraviesa una situación similar. “Estamos haciendo lo que normalmente hacen los dirigentes. En esta época los directivos tratan de descansar un poco para después retomar con la Liga local. Son pocos los que andan cerca del club y trabajar todo el año a full cansa. Por eso nos ofrecimos a hacerlo nosotros”, expresa Silvio Giovenale, principal referente de CAVE, en diálogo con Olé.
“Nosotros buscamos los recursos para solventar los gastos. Conseguimos diez publicidades para la indumentaria. Les cobramos entre $3.000 y $10.000 pesos de acuerdo a la ubicación en las camisetas o los shorts y así logramos generar un colchón de $50.000 pesos. También nos tuvimos que encargar de hacer algunos arreglos en el estadio porque la AFA nos exigió algunas refacciones. Nos dieron una mano un pintor y un carpintero para los vestuarios”, cuenta Silvio.
Villa Elisa es un municipio del Partido de Colón que cuenta con poco más de diez mil habitantes. Allí, la participación del CAVE (apodo del club) en el Federal C es tomada como causa popular y casi todos se suman a la movida, colaborando desde donde se pueda. “Hasta hinchas de San Jorge, que es el otro equipo de la localidad y es nuestro clásico, nos apoya. Esperamos que mucha gente nos acompañe en el debut. Ya vendimos más de 200 camisetas y eso también nos da un ingreso para cubrir los gastos”, señala el capitán, quien a sus 38 años, y luego de toda una vida jugando en el Ascenso, regresó al club que lo vio nacer para terminar su carrera.
¿Cuánto cuesta jugar un Federal C?
Disputar este tipo de competencias implica un gran esfuerzo económico y logístico para estos clubes, poco acostumbrados a los traslados largos y a la organización que exige un certamen de magnitud nacional. “Entre Policía, el pago a los árbitros, los aportes al Consejo Federal, la ambulancia y otros gastos, calculamos entre $8.000 y $10.000 para cada partido de local. Y de visitante, con los viajes, más o menos la misma plata”, señala Giovenale. En primera fase, CAVE tendrá que ir dos veces a Villaguay (70 kilómetros) para enfrentar a Sarmiento y Barrio Sud, y una a Concordia (casi 120 kilómetros), donde visitará a Santa María de Oro. Mirá el fixture completo del torneo y las distancias a recorrer por cada uno de los 310 clubes.
Fuente: Diario época
Disputar este tipo de competencias implica un gran esfuerzo económico y logístico para estos clubes, poco acostumbrados a los traslados largos y a la organización que exige un certamen de magnitud nacional. “Entre Policía, el pago a los árbitros, los aportes al Consejo Federal, la ambulancia y otros gastos, calculamos entre $8.000 y $10.000 para cada partido de local. Y de visitante, con los viajes, más o menos la misma plata”, señala Giovenale. En primera fase, CAVE tendrá que ir dos veces a Villaguay (70 kilómetros) para enfrentar a Sarmiento y Barrio Sud, y una a Concordia (casi 120 kilómetros), donde visitará a Santa María de Oro. Mirá el fixture completo del torneo y las distancias a recorrer por cada uno de los 310 clubes.
Fuente: Diario época
