El apellido Reinero quedará grabado en los simpatizantes algodneros

Desde San Francisco, Córdoba, llegó el gol del ascenso de Mandiyú y lo concretó Ariel Reinero, uno de los “textiles” que se incorporó al club cuando se produjo la unificación institucional de los Mandiyú que ayer se coronó deportivamente.
“La verdad que fui un tocado, porque estar en un momento así para convertir este gol es lo que cualquier jugador sueña”, resumió Reinero, quien ayer se tenía reservado un rol protagónico en esta consagración.
El cordobés había tenido un juego bastante errático y le costó afirmarse en sus anteriores incursiones de la tarde en el área de Ben Hur. Ofreció su habitual entrega y espíritu de equipo, hasta que le llegó la chance a los 41 minutos del segundo tiempo, cuando la final parecía encaminada hacia los penales, y esa vez no falló.
“Como le dije a todo el mundo, esto es de todos, de cada integrante del plantel, cuerpo técnico, colaboradores y dirigentes que empujamos de esta ilusión”, subrayó.
Reinero repasó el difícil camino que les tocó atravesar para concretar el sueño del ascenso al
“Nosotros sabíamos para lo que estábamos”, garantizó, y relató que “siempre se dijo que era para salvar el descenso pero este grupo tuvo la convicción de que íbamos a clasificar y en los cruces con nuestro convencimiento y la gente apoyando sabíamos que de local nos íbamos a hacer fuertes y así fue”.
Reinero felicitó al adversario de la final, del que dijo: “Ben Hur fue un rival muy duro, sufrimos mucho en el partido de ida y la sacamos barata; y hoy también sufrimos un poco pero llegó ese gol que no sé cómo fue ni cómo entró, pero ascendimos”, se alegró.
Al futbolista le tocó vivir la contracara en su paso por Textil, y pasó por momentos delicados en esa institución. Pero relata que “hoy lo importante es que ascendimos y se tapa un poco los errores que se pudieron dar en el pasado y ojalá que Mandiyú, este Mandiyú, pueda hacer bien las cosas institucionalmente para seguir creciendo”, se ilusionó.