Aldo Araujo y el cierre perfecto de un año que cambió su vida

Posted by EyM Sports on viernes, diciembre 11, 2015

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Por Hugo García de Mundo D
Qué locura, ¿no? ¿Cómo puede cambiar tanto la vida de un jugador en un año? 
Hace un año, Aldo Andrés Araujo vivía un infierno. En un hecho insólito, Jorge Abib, el presidente del club Textil Mandiyú, junto a 30 barrabravas, ingresó a los departamentos de los jugadores. Allí, les robaron cheques que debían cobrar y algunas pertenencias, según relataron varios de ellos. Textil Mandiyú, donde jugaba “Turbina”, fue goleado ante Sarmiento de Resistencia, lo que determinó su eliminación del Torneo Federal B.
Varios de ellos, entre los que estaban Matías Villavicencio y Rodrigo Mannara (ex Talleres), resolvieron marcharse. Araujo, uno de los sietes hermanos de una familia sacrificada y con un sueldo de 1.500 pesos, no tenía otras opciones, más allá de Corrientes. Siendo un jugador “sin inferiores” y vulnerable (60 kilos y 1,64 metros) a las patadas, eran pocos los que apostaban por él. Además, ¿qué le haría Abib, que se decía su dueño y lo definía como su “Messi”?
Sin embargo, con su representante Juan Carlos Prycodko (aquel ex jugador de Racing Club y Ferro) empezaron golpear puertas. Y una de las que se abrió fue la deTalleres. Ayer, un año después de aquella apretada, firmó por cuatro temporadas(desde su entorno se informa que le compraron más de la mitad del pase y de acuerdo a los registros de la Liga Cordobesa de fútbol figura como definitivo), tras haber sido gravitante en el ascenso de Talleres ocurrido el 27 de octubre pasado. Se hizo un nombre en el Mundo Talleres. Nada más ni nada menos. Cuando el camino de su carrera futbolística parecía estrecharse; de golpe, se agrandó.
Una prueba
La decisión de salir de Corrientes y pedir el pase, vía Agremiados, por aquella apretada y la falta de pago, fue el primer paso. “Golpeamos varias puertas y la única que se abrió fue la de Talleres. Por eso yo le agradezco a Andrés Fassi y a su gente. Son serios”, recordó Juan Prycodko.
Y Araujo partió hacia Córdoba. Pero antes debía pasar una prueba con 40 jugadores de otras latitudes en el predio Amadieo Nuccetelli. “Llegué a las 7 de la mañana y la prueba era ahí no más. Había muchos jugadores. Me fue bien. No sabía nada de Talleres. Mi representante me habló. Yo estaba en Mandiyú. Ahí conocí a Daniel Albornos, ayudante de campo del DT Oscar Blanco, pero no sabía que había sido una gloria de Talleres. No lo supe por él, sino acá por la gente que me decía”, supo decir Araujo, que hizo siete goles ese día y fue fichado en el acto.
Abib perdió a su "Joya" (“Me lo robaron. Tiene contrato”, se quejó) y Talleres, la ganó. Conoció México cuando fue de pretemporada, se quedó con la banda izquierda en la disputa con Sebastián Ereros, tuvo un gran comienzo hasta que las golpes (de rivales e involuntarios en las prácticas) lo dejaron afuera casi dos meses. Volvió a tiempo, anotó su primer gol, jugó ante 60 mil personas y ascendió con la “T”, como era “su sueño”.
Ayudar con el carro
Para venir a Córdoba, “Aldito” necesitó del apoyo familiar. “Trabajé desde muy chico ayudando a mis viejos. Mi papá es carrero y le ayudaba con los caballos, los cuidaba; también vendí chipá de almidón. Empecé con eso, después mi papá compró un carro. Yo vendía chipá por todos lados, me iba caminando… hasta eso llegué, dando una mano a la familia. Siempre trabajé con mi papá, sino le pedía el carro y me iba a buscar trabajo. Siempre me las rebusqué, también ayudé a mi mamá cuando podía. ¿Qué hubiera sido sino se daba lo del fútbol? Carrero, tal vez”, comentó al diario La Época, en una de sus primera entrevistas.
Olga y Miguel Ángel son los padres de Aldo; Diego, Axel (es jugador), Yesika, Gisella, Miguel, Ricardo, son sus hermanos. Ellos se quedaron en el barrio Seminario, mientras “Turbina” se fue a vivir con su mujer Dalma López, en casa de sus suegros y ahora lo hace en Córdoba. “Ayudo a mi familia. Le agradezco a Dios este momento”, no se cansa de decir Araujo.
Su historia de lucha y superación transcurre ahora en el Mundo Talleres. Desde hace sólo un año.